miércoles, 15 de febrero de 2012

NAHZUÉ



Mi nombre es Nahzué y nací muerta.  Kanoth, el chamán de nuestra tribu acercó su boca a mi pecho nada más salir del vientre de mi madre, y susurró mi nombre y mi destino antes de depositarme inerte en la tierra. Giró después las palmas de las manos de mi madre y las ungió con el rojo de su propia sangre, la misma que había brotado de su interior.

-Nextlahualli - murmuró - Sacrificio.

Esa noche mamá arrancó mechones de su pelo mientras se agitaba convulsa con mi cuerpo en su regazo. De nada habían servido los ayunos, las espinas de magüey agujereando su cuerpo, las noches en vela ofreciendo su sueño a Tezcatlipoca.  Estaba escrito que nacería en la noche de la estrella, que mi cuerpo horadaría el suyo dejando una estela de muerte igual que la del astro abriendo el vientre de la noche.

Mirando al mismo cielo que había predestinado mi muerte, mamá tomó el cuchillo ritual con que había cortado el cordón que nos unía, y se abrió de un tajo ambas muñecas. Después me tomó en sus brazos y se alejó en la noche siguiendo la estela de la estrella y dejando tras de sí su propia estela de sangre y de recuerdos.

-Nextlahualli - murmuraba - Sacrificio.


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