domingo, 20 de mayo de 2012

Subespacio 3

Mira; yo siento cómo distancio,
cómo pierdo lo antiguo, hoja tras hoja.
Sólo tu sonrisa permanece como muchas estrellas
sobre ti, y pronto también sobre mí.
   
 Rilke




Nos reconvirtieron a todos hace 300 años, en los tiempos del advenimiento akásico, cuando los conocimientos pasaron de estar en libros a nutrir microchips neuronales. Yo era el archivero principal, sabía todo lo que hay que saber sobre cada libro de las bibliotecas mayores y menores.  Conocía cada punto, cada coma. El programador que me diseñó entroncó un programa en el subespacio 3, un área secundaria de poco flujo, convirtiéndome en realidad no en archivero sino en lector.  Amaba mis libros.

Ahora limpio piscinas con el run run propio de una máquina de tercera. Pero  si alguien escucha de cerca, descubrirá que  lo que parece ruido de motor es en realidad el sonido de un poema de amor de Rilke.



2 comentarios: